San Luis Potosí, SLP.- El pasado 6 de marzo, Karla salió de su casa en la colonia San Leonel rumbo a la tienda y en el trayecto se percató de que dos de sus vecinos agredían a «Blue», un perro pitbull.
Se acercó para advertirles que lo hacían es un delito, sin embargo éstos arremetieron contra Karla, la golpearon con los puños hasta hacerla caer al piso y la patearon, la arrastraron hasta llevarla a lado de «Blue» y lo azuzaron para obligar a que la mordiera.
Al respecto, la madre de Karla explicó que después de morder en el rostro a su hija, el perro salió corriendo de la casa, y aunque había vecinos en la calle no agredió a nadie más, incluso se dejó agarrar por uno de ellos «es un perro bueno».
Destacó que el can no es culpable, sino los dos sujetos, «ellos son las almas asesinas»; agregó que ella y su hija conocen a «Blue» desde pequeño y han atestiguado cómo lo tienen en malas condiciones, sin agua ni comida, además de que lo golpean con cables y otros objetos, por lo que Karla intervino cuando vio que una vez más se repetían las agresiones hacia el animal.
La mujer solicitó la intervención del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, también pidió apoyo del alcalde Enrique Galindo y solicitó a la Fiscalía «que mi denuncia no me la aviente a la basura, que le dé seguimiento», pues además de las lesiones por los golpes que recibió, Karla perdió el labio superior.